Comentario
El príncipe del Renacimiento, que a veces había adquirido el poder mediante la violencia y con violencia lo tenía que conservar, fue a la vez la figura que encarnó el refinamiento y la cultura de esa sociedad. Por ello, el tema de las armas y las letras fue uno de los motivos de reflexión para los humanistas de las distintas cortes.
El papel que cumplieron los humanistas vinculados a una corte se explica perfectamente con las siguientes palabras, escritas por Baltasar Castiglione, ya en el siglo siguiente, en "El cortesano": "Pero aquel que no siente el deleite de las letras no puede saber tampoco cuál es la grandeza de la gloria, tan largamente conservada por ellas". Así pues, las letras conservaban una gloria muchas veces ganada por medio de las armas.
El valor conferido a la historia, bien a modelos lejanos temporal o espacialmente y por lo tanto de validez universal, bien a la historia reciente, convirtió a los humanistas en los "técnicos de la disciplina histórica (I'antico), que funda y justifica el poder". Estas palabras de Argan sintetizan uno de los fines de las letras y, en concreto, del saber histórico, como justificadoras del poder del príncipe. Una de las manifestaciones de ese recurrir al modelo de la historia serían, por ejemplo, las series pintadas de hombres ilustres, en tanto que parangón para el príncipe del Renacimiento, un hombre que además en muchos casos era alabado por haber construido tan sólo con su propio esfuerzo su fama y su gloria.
Si el modelo de la Antigüedad clásica fue una imagen recurrente para la exaltación de la gloria del príncipe, también lo fue la cultura caballeresca que, sin embargo, normalmente sólo se asocia a las cortes europeas del norte de los Alpes. Las relaciones de las cortes italianas con las europeas fueron fluidas.
Francesco d'Este, hijo natural de Lionello d'Este, duque de Ferrara -una de las cortes más refinadas- fue enviado en 1444 a educarse a la corte de Borgoña. Prueba también de estas relaciones es el aprecio que en las distintas cortes se tuvo por la pintura flamenca y las influencias mutuas que se dieron entre los pintores italianos y los flamencos.
En las cortes, la música, la pintura, la poesía, la historia, la filosofía, la arquitectura... todas las artes tuvieron una función de consolidación del poder, si bien fue de manera tan sutil a veces que lo que ha permanecido es más el modelo cultural creado que los hechos que celebraron. La imagen del príncipe en su palacio, que solía ser un mundo aparte de la ciudad -a veces comprendía un complejo de edificios en los que vivían los cortesanos-, se completa con la del príncipe en su Studiolo, ese pequeño lugar al que se retiraba a reflexionar, siempre extraordinariamente decorado.
Un ejemplo de la utilización del arte en estas cortes, que nos puede servir para cerrar la introducción es la decoración de los Meses en el palacio Schifanoia de Ferrara. Realizados por varios pintores entre 1469-70, están divididos en tres partes: la divinidad que rige el signo del mes/ el signo del zodiaco / la actividad del hombre. En este tercer registro es donde aparece la figura del duque Borso d'Este, cuyas virtudes son así celebradas al comparar esa realidad en la que vive con el orden celeste.